El descontento con el gobierno se hizo sentir, las marchas fueron multitudinarias, muy alejadas de las marchas parciales en apoyo al expresidente Uribe durante su indagatoria, manchadas por hechos de violencia en algunas ciudades, ejemplares por la tranquilidad de la marcha en otras, y cerradas por “cacerolazos” en varias zonas de Bogotá.
En Bogotá el alcalde Enrique Peñalosa dijo calcular los daños en $20 mil millones, mientras el Cali se decretó el toque de queda, con cerca de 37 saqueos, ataques a la fachada del centro comercial Unicentro, 33 vehículos de transporte público afectados, y 2 de la policía, en esa ciudad, en Bogotá, se afectaron varias estaciones del sistema Transmilenio, y buses.
Una protesta con dos caras
La protesta fue pacífica en varias ciudades en general, en Medellín, la jornada se caracterizó por la calma, lo mismo pasó en Barranquilla, mientras en Boyacá se llegó a un acuerdo para marchar sin intervención del ESMAD, y sin encapuchados.
La jornada inició de forma pacífica en Bogotá, con varias marchas que llenaron la Plaza de Bolívar, sin un líder natural, ni partido político a la cabeza, pero con todas las organizaciones sociales convocantes llenando la plaza, además de ciudadanos espontáneos, y entre ellos se caracterizaron las centrales obreras, y los estudiantes.
La jornada terminó en un gran cacerolazo, con reportes en buena parte de Chapinero, Teusaquillo, Suba, Usaquén y otras localidades de la ciudad. Luego se extendió por zonas del sur de la capital, y llegó a ciudades como Medellín, mientras en la mayor parte del país se convocó a un nuevo cacerolazo hoy en las horas de la tarde.
Pero la otra cara de las marchas, fueron los intensos choques que se vivieron con la Fuerza Pública, entre ellos los más graves en la Plaza de Bolívar, donde se vieron ataques con arma blanca, destrucción de edificios del gobierno, y saqueo del comercio, a eso se suman las fuertes tensiones que se vivieron en Suba, con el cierre de varias calles, la AK 30 que en varios puntos tuvo bloqueos, y en general en la Séptima sobre la Javeriana hasta Chapinero centro.
Un ataque al edificio del Congreso, un nuevo ataque al edificio del Icetex, y destrucción de varias estaciones de Transmilenio, marcaron una jornada donde los violentos buscan el titular al final del día. Y además de la violencia en Cali, Manizalez y Popayán, fuero otras dos de las ciudades más afectadas.
El mensaje al gobierno
Mientras la violencia fue cruda, e incluso los choques pueden ser los más fuertes desde el inicio del gobierno Duque, también será el primer presidente al que se le hace un cacerolazo en la capital de tal magnitud, una tradición de marchas en la Argentina, Chile y las históricas marchas en Venezuela.
La imagen es que hay fallas que no se pueden obviar en la manera como se escucha al ciudadano, y que las políticas hasta ahora expuestas están lejos de los reclamos de los sectores sociales, una reacción sorprendente a 15 meses de inicio del gobierno que llegó a la presidencia con más de 10 millones de votos.
Pero, además, todo esto pasa mientras el mismo gabinete presenta varias contradicciones, como lo contamos en Ola Política, a esto se suman las grabaciones del Embajador Pacho Santos y la nueva Canciller, y las declaraciones encontradas de la Ministra de Trabajo, Alicia Arango, y el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, sobre la reforma pensional.
El presidente vivió uno de sus más duros días, ahora la pregunta será, ¿La protesta y el descontento llevarán a más presión social? Los próximos días lo dirán