A sus 81 años, el exsenador Omar Yepes, se convertiría este miércoles por cuarta ocasión en el presidente del Partido Conservador, esto luego de la renuncia del exsenador Hernán Andrade de la dirección de ese partido, y de que intentarán tumbarlo la semana pasada en una estrategia liderada por el senador Efraín Cepeda.
Andrade ya venía debilitándose desde que el año pasado la Corte Suprema abriera una investigación en su contra por un préstamo recibido para supuestamente financiar su campaña, por parte de uno de los implicados en el desfalco de Cajanal. Luego Andrade habría dejado a su hermana Esperanza Andrade de Osso para reemplazarlo en el senado, quedando con el liderazgo del conservatismo, pero sus intereses en las regiones para este año electoral terminaron por agrietar su presidencia y provocando su renuncia el pasado lunes.
Con la renuncia de Andrade los dos candidatos a la dirección conservadora son por un lado Wilson Ruiz, exmagistrado y externado a Contralor General, que es promovido principalmente por el senador Efraín Cepeda, entre otros parlamentarios, y el veterano Omar Yepes que hoy parece tener todas las opciones.
Yepes tiene una larga trayectoria política, fue senador por más de 30 años, y barón electoral de Caldas, y debido a que no representa una amenaza electoral para los parlamentarios azules, parece el candidato ideal para liderar el partido.
Pero, además con Yepes regresa el “ala dura” de los azules, aquellos que se opusieron al Acuerdo de paz y que criticaron la postura del ya retirado senador Roberto Gerlein, el mismo Cepeda y de Hernán Andrade, ahora de la mano del expresidente Andrés Pastrana y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, Yepes regresa con una posición más gobiernista que su antecesor.
El exsenador Yepes será fundamental para la entrega de avales conservadores para las elecciones, en especial en aquellos lugares donde el partido es más débil, e intervienen menos los directorios regionales, y podría acercar más al partido al gobierno de Iván Duque donde hoy carecen de representación directa de los congresistas de ese partido.
¿Cómo tomarán los senadores que siempre estuvieron del lado del acuerdo de paz este “reencauchado” liderazgo?