Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, se encuentra en una semana crucial para su impeachment en el Senado, y el presidente israelí, Benjamin Netanyahu, enfrenta tres casos de corrupción, a un mes de las elecciones, ambos presentaron el llamado “Acuerdo del siglo”, con el que buscan una solución de paz para Oriente Medio.
Pero ni la comunidad internacional, ni los líderes palestinos, al igual que varios analistas, creen que dicho acuerdo sea realista, y en realidad se considera algo más parecido a una lista de concesiones a Israel, que a una solución que brinde salidas reales de paz para la región.
El acuerdo contempla conceder a Israel el Valle del Jordán, un territorio con amplia población palestina, además del poder sobre los asentamientos israelíes ya existentes, a cambio de congelar por cuatro años la construcción de nuevos asentamientos.
Otro punto crucial es que Palestina debe reconocer a Jerusalén como capital indivisible de Israel, como ya lo hizo Trump, en contra del consenso internacional, a cambio Palestina tendría su capital al este de esa ciudad, a las afueras, mientras Israel debe ser considerado un Estado Judío.
Reconocer a Palestina como Estado, incluiría una fuerte fragmentación del territorio que reclama, se quedaría con la Franja de Gaza y Cisjornadia, con un túnel que conectaría ambos territorios, pero Israel se quedaría con las aguas territoriales de la Franja, y además, tendría que incluir una desmilitarización palestina, para conceder completo control a los israelíes de la seguridad de la región.
Los refugiados palestinos que reclaman sus territorios desde 1948, quedan excluidos, no podrán reclamarlos, ni regresar a Israel, y según Netanyahu, sus problemas deben ser resueltos “fuera del Estado de Israel”.
Una solución improbable
Con un acuerdo que favorece de forma tan generosa las aspiraciones de Israel en el territorio, es improbable que su ejecución ocurra algún día, o que aún si se ejecutara realmente lleve a la paz a la región.
Hamas, tratado en dicho texto como “terrorista”, no reconoce ningún avance en lo que sería más una propuesta de acuerdo, pues consideran históricamente que el territorio palestino comprende también a Jerusalén, en especial la zona de la Ciudad Vieja, donde se encuentran los lugares más sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islam.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, mantiene relaciones rotas con la Casa Blanca, desde que Trump reconoció a Jerusalén, capital de Israel, y trasladó su embajada a esa ciudad, con el ofrecimiento en dicho acuerdo de colocar otra embajada en la zona este, donde según el acuerdo, los palestinos tendrían su capital.
Para Abbas este acuerdo no sucederá, y la considera una propuesta “ya muerta”, además declaró: “Jerusalén no está a la venta, todos nuestros derechos no están a la venta y no son para negociar.”; mientras Irán la llama “la traición del siglo”, y varios líderes palestinos “la farsa del siglo”.
Varios mandatarios estadounidenses antes de Trump, intentaron llegar a una salida negociada a la difícil zona con más de 70 años de conflicto, pero todos con soluciones parciales o resultados infructuosos, mientras con la llegada de Trump a la Casa Blanca, los palestinos cerraron la puerta a cualquier mediación de ese país al conflicto, debido a los intereses siempre proclives a favorecer a Israel (algo que ya habían manifestado a otros presidentes estadounidenses).
El intento de Trump, se suma a sus ya polémicas acciones en la región, con la orden de bombardear al general iraní, Qasem Soleimani, sin que exista hoy un gran conflicto derivado de esa decisión, mientras en Asia ha intentado pacificar sus relaciones comerciales con China, con la firma de un primer acuerdo. Pero ambas decisiones internacionales, en medio de su campaña electoral, el intento de impeachment, no tienen comparación con un plan para resolver un conflicto que tiene más de dos partes enfrentadas, y donde solo una de todas ellas, acepta con beneplácito la propuesta.
¿Burla a los palestinos? ¿Propuesta real que intentará imponer en la región? O ¿Intento por desviar la atención rumbo a las elecciones en Estados Unidos?