Con la orden de captura tanto dentro, como fuera del país, de Jesús Santrich, se abre un nuevo capítulo de la historia del exnegociador de las FARC, que hoy se suma al también prófugo alias El Paisa.
Credibilidad de las instituciones en juego
Santrich tuvo todas las garantías que ofrece el sistema judicial, se garantizó incluso su posesión como representante a la Cámara, y se ordenó su libertad mientras su proceso seguía en la Corte Suprema, y a pesar de eso, el excombatiente decidió no presentarse a la citación de la Corte.
Pero irónicamente, la mayoría de los sectores políticos parecen culpar a una u otra institución, por ejemplo, en el Centro Democrático, los congresistas han arreciado sus críticas a la justicia, como lo hizo la senadora María Del Rosario Guerra en Hora 20 de Caracol Radio: “En el caso #Santrich hay responsabilidades de fondo, pero lo más grave es el actuar de las cortes, entre otras cosas porque ellos no son nuevos en este tipo de decisiones.”
Otros sectores culpan al Gobierno, o simplemente a las instituciones creadas por el Acuerdo de paz como la JEP y otros a la UNP, configurandose una crítica generalizada a todas las instituciones que permitieron la liberación, o dieron garantías a Santrich.
Cabe resaltar que la principal responsabilidad de lo ocurrido es del propio Santrich, quien criticó en varias ocasiones el actuar de instituciones como la Fiscalía, y aún así, frente a los medios de comunicación y en diversas entrevistas, aseguró que estaba dispuesto a demostrar su inocencia, mientras al mismo tiempo setenciaba que no permitiría que lo extraditaran.
Por todo lo mencionado, es que el caso Santrich se configura como una grave burla de uno de los más conocidos líderes de la extinta guerrilla, atacando la confianza en el Acuerdo de paz, lo que afecta directamente a la mayoría de sus compañeros que sí han sido firmes en la implementación del acuerdo, y a las víctimas que esperaban respuestas de él ante la JEP por multiples hechos.
El turno para Iván Márquez
Con El Paisa y Santrich prófugos, e información de inteligencia que afirma que Iván Márquez estaría en Venezuela con intenciones de rearmarse, además de un últimatum de la JEP el pasado lunes, el furturo de Márquez parece decantado.
Si la JEP ordena finalmente la captura de Márquez, la presión de sentraría, por un lado, en dar por terminado la interinidad en la Fiscalía, y por el otro, tener el número de magistrados necesarios en la CSJ para elegir Fiscal, siendo este último el desafío el que más tiempo tomará en resolverse.
Por el momento, queda la difícil tarea de mantener la credibilidad en las instituciones, que a pesar de actuar de acuerdo a la Ley, deben hacerse entender al ciudadano común, que no se explica cómo se escapa una persona sobre la que buena parte de la opinión tenía serias dudas sobre su inocencia.