Se ha pedido un liderazgo mundial contra la Pandemia, se ha criticado el papel que jugó la Organización Mundial de la Salud desde un inicio, pero más grave aún, el papel que han jugado los diferentes gobernantes de las grandes naciones, lo podría poner en problemas su continuidad en el poder o la de su partido.
Donald Trump: El show que podría costarle la presidencia
Trump se encuentra en año electoral, con los Demócratas encerrados en sus casas depende de sí mismo para demostrar que es el Líder que necesita el país frente a una gran crisis, y así lo quiso reflejar con sus ruedas de prensa diarias para atender temas de la pandemia, pero esa aventura terminó el sábado.
El pasado jueves sorprendió de nuevo con la teoría de introducir luz ultravioleta al cuerpo para matar al virus, o que podría inyectarse desinfectante en el cuerpo, horas después Google registró un aumento de búsquedas en “cómo inyectar desinfectante” y el Centro de Control de Envenenamientos afirmó que recibió decenas de llamadas de personas intoxicadas.
Trump afirmó la mañana del viernes que hablaba sarcásticamente, pero la burla de sus contradictores, y las recomendaciones de las compañías fabricantes diciendo a los ciudadanos que no ingieran sus productos, lo llevó el sábado a decidir que no haría más ruedas de prensa diarias para la pandemia, acusó a los medios de dar a los estadounidenses “fake news”, y que por lo tanto sus programas diarios no continuarían: “¡No merece la pena el tiempo y el esfuerzo!”
Por supuesto, Trump si compartió el tweet del Centro de Control de Enfermedades que indicaba que un uso indebido de los limpiadores y desinfectantes puede causar problemas de salud.
El Republicano ha visto como su principal activo en la campaña, la economía, se desmorona, y mientras en el pasado tenía un juego seguro con mayorías en el Senado que lograron detener su impeachment y darle más protagonismo, ahora es él mismo el que pasa a ser evaluado en el manejo de una pandemia que ha dejado más de 55 mil muertos, y casi un millón de infectados, lo que convierte al gigante norteamericano en el país más afectado del mundo.
Angela Merkel: La presión de su propio partido
Merkel seguirá en el cargo hasta finales de 2021, lidera Alemania desde 2005, y se ha convertido en una de las caras más recurrente al referirse al liderazgo mundial, y a los más influyentes de la Unión Europea (UE). Pero el futuro de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) está en juego.
Mientras Francia, España e Italia, superan cada uno los 20 mil muertos por el nuevo cronavirus, Alemania llega a los 6 mil esta semana, con 158 mil casos confirmados, así que el virus sí llegó, pero se ha garantizado una baja letalidad.
Las fuertes medidas sociales implementadas, le han devuelto popularidad a la desgastada Canciller, pero también críticas por sus efectos económicos justo cuando la UE se acerca a una nueva gran crisis que vendrá luego de los desastres producidos por el virus, y cuando se espera que al igual que en 2008, los alemanes tengan una posición privilegiada en el continente.
Wolfgang Schäuble, presidente de la Cámara de diputados, dijo que las medidas “absolutistas” basadas en la protección de la vida no son justificadas, mientras opositores como el partido liberal FDP, decretaron el fin de la gran unidad nacional frente al virus, representados en Christian Lindner, están preocupados con la economía y las restricciones a las libertades.
Curiosamente, los partidos de extrema izquierda y derecha se han unido a las protestas contra lo que consideran una restricción a sus libertades, incluso Alternativa para Alemania (AfD), considerado el partido ultra-derecha del país, dice que las tiendas deberían volver a abrir y que el confinamiento pudo ser evitado.
Para Merkel, que ya definió a su sucesora (Annegret Kramp), la tormenta política podría generarle problemas a su legado como Canciller en 2021.
Vladimir Putin: Problemas para seguir su largo mandato
Rusia tiene sólo a Moscú en un extendido confinamiento, el gigante tiene cerca de 90 mil infectados, y 794 muertos, cifras envidiables para los estadunidenses y la mayoría de los países europeos, pero el propio camino de Vladimir Putin para perpetuarse en el poder podría tener límites a partir de la crisis.
Rusia tuvo que posponer un referendo el 22 de abril por la pandemia, y aunque no es el país más paralizado, las medidas han afectado su economía, y las ayudas del gobierno han sido consideradas como insuficientes, destacadas por amplias protestas en redes sociales y otros lugares del país.
Si el referendo se realiza con éxito, y ganan las propuestas de Putin, este podría presentarse a un nuevo mandato en 2024, incluso podría presentarse a las siguientes, lo que abre la puerta a un mandato que llegue a 2036, más de lo que Stalin estuvo en el poder.
Aunque el partido de Putin (Rusia Unida), sigue arriba en las encuestas, el propio presidente ha visto mermada su popularidad, ante acusaciones de falta de acciones reales para salvar a los pequeños empresarios, y con una crisis a la vista, el mundo después de la pandemia no parece tan sencillo para Rusia.
Al final, no sólo cuenta que Putin garantice su continuidad en el poder, sino la forma, y la comodidad política y social en el país frente a su nombre, pues más vale un largo mandato con amplio apoyo popular, que uno por la fuerza (si es el caso).