Se ha intentado desde su posesión, hablar de la idea de que el gobierno del presidente Iván Duque no da mermelada, que su falta de oxígeno político se debe precisamente a su incapacidad de mover los hilos del congreso que antes se lograban con este mecanismo o método.
Pero, por un lado, se ha desfigurado la idea sobre qué es la mermelada, reduciéndola a la entrega de puestos a cambio de votos en el congreso, cuando es mucho más amplia, y por el otro lado, se ha confundido el mantenimiento de una coalición de gobierno con “comprar las almas” a través de mermelada para conseguir objetivos políticos.
Esta semana, se ha desmitificado varias de esas ideas, por una parte, aunque la mermelada es mucho más que la entrega de puestos, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras en medio de su pelea interna (que parece temporalmente neutralizada), reveló lo que para él eran los nombres de la mermelada entregada por el gobierno Duque, con la esperanza de salvar más adelante proyectos como el Plan Nacional de Desarrollo.
Por supuesto, toda la mermelada sería de la casa Char, como Cecilia Abudinen la Alta Consejera para las Regiones, y de la nueva directora del Fonade, quien es la exsecretaria de Planeación de Barranquilla, Elia Abuchaibe. Según Vargas, son Andrés Betancur y Luis Lorduy quienes llaman de Casa de Nariño para hacer ofrecimientos.
También es conocida la entrega de puestos en la Cancillería a cargos Diplomáticos de aliados de Duque, y por supuesto, del propio partido de gobierno el Centro Democrático (CD), que tiene en sus filas a la Directora del Departamento de Prosperidad Social a la exsenadora del CD, Susana Correa.
Sin contar los ministerios, y demás cargos del CD en el gobierno, cabe resaltar que precisamente son el partido oficialista y sería lógico que tuvieran representación en el gobierno, pero ¿Por qué negársela a los ahora declarados también partidos de gobierno?
En realidad, la mermelada parece que sí ha sido selectiva, pues, por ejemplo los cristianos aglomerados en el Partido Colombia Justa Libres tiene el Director de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, con Ricardo Arias Macías, entre otros puestos, al igual que el MIRA, como en el caso del viceministro de relaciones laborales Carlos Alberto Baena, exsenador de ese partido.
Ahora, con la supuesta mermelada mencionada por el exvicepresidente Vargas, se habría logrado salvar el Plan Nacional de Desarrollo en las Comisiones Económicas, con la llegada sorpresiva del senador charista Díaz Granados, lo que demostraría que el gobierno podría usar este método para sacar adelante algunos de sus más importantes proyectos.