Varias fueron las fisuras que intentó solucionar en 2015 la llamada Reforma de Equilibrio de poderes, entre ellas crear un Tribunal de Aforados que eliminaba la figura de la Comisión de acusaciones, la cual había pasado por varios escándalos y trabas en la forma como operaba y se ha considerado inocua en su operar.
Otros puntos fueron tumbados por las altas cortes, y desde entonces el Gobierno se ha sentado a dialogar para buscar una reforma que tenga la viabilidad jurídica, o al menos era eso lo que todos pensábamos.
Ahora con el escándalo del exfiscal anticorrupción Gustavo Moreno ya sabemos lo que pudo ser las verdaderas razones para tumbar este ente. No solo porque los Magistrados investigados hicieron críticas en su momento a ese Tribunal, sino además el destituido procurador Alejandro Ordóñez, el cual terminó por fuera de su cargo al demostrarse los oscuros vínculos de sus nombramientos y ascensos con varios magistrados.
¡Es necesaria una profunda reforma a la justicia! En Colombia no solo no tenemos el aparato judicial adecuado para tramitar todas las denuncias necesarias, sino además se goza de una inmensa impunidad en casos menores, y graves.
Ya se hablado de volver a tramitar una Reforma como manifestó la Representante Angélica Lozano, mientras la Senadora Viviane Morales propone una Constituyente dedicada solo al tema de la justicia, pues otro intento de reforma podría ser bloqueado de nuevo por las Cortes, aunque como dice la frase “Todos sabemos cómo empiezan las constituyentes pero no como terminan”.
Es decir, la corrupción ni hace, ni deja hacer, ¿Hasta cuando esperaremos por la reforma?.