Las revelaciones de Wikileaks durante más de 10 años han sido la piedra en el zapato de todo tipo de figuras públicas, e incluso se ha usado en favor de campañas presidenciales como la de Donald Trump, sus revelaciones de extrema gravedad han ido desde publicación de un video donde militares estadounidenses en un helicóptero matan a dos periodistas y varios civiles en Irak, pasando por documentos clasificados de la guerra de Afganistán, el 9/11, y las torturas en Guantánamo, entre muchos otros.
Por eso sorprende la revelación hecha en los últimos días, donde se muestra que el entonces candidato presidencial Sergio Fajardo en 2009, antes de las elecciones donde aceptó ser candidato vicepresidencial de Antanas Mockus, muestra en un documento que: “El candidato presidencial Sergio Fajardo nos dijo que no hay un frente unificado entre los cinco candidatos independientes y subrayó que no se unirá a ninguna alianza anti-Uribe”
El detalle le ha valido fuertes críticas de múltiples sectores, entre ellos del propio Gustavo Petro, que comparando la revelación de 2009 a lo ocurrido en la segunda vuelta presidencial de 2018 manifestó: “Es indudable que la invitación de Fajardo a votar en blanco, que impactó en un millón de sus electores que votaron Duque y medio millón en blanco, le entregó la presidencia al uribismo. Esa era su misión. Impedir la derrota de Uribe y el cambio del país”
Adicionalmente en redes sociales se ha acusado a Fajardo de ser un “uribista tapado”, a lo que nace la pregunta ¿Es tan importante desprestigiar el exccandidato y exgobernador con un tema de una campaña de ya pasó?, y ¿Realmente es culpable Fajardo de ser fiel a su palabra y votar en blanco en segunda vuelta y eso hasta el día de hoy debe ser tema de debate?.
Fajardo le respondió a Petro en medios como La FM: “Yo no soy uribista, ni antiuribista, nosotros tenemos que romper con esa idea en donde la vida solo puede ser estar con Uribe o en contra de Uribe” y remató diciendo: “Petro no ha podido digerir que no ganó».
En un país en medio de debates sobre paz, seguridad, crisis migratoria, y recrudecimiento de un conflicto que creíamos a punto de superar, además de la herencia de dificultades económicas y políticas de la polarización, ¿Es tan importante debatir alrededor de la imagen de una persona y de una campaña presidencial?.
Aunque este artículo bien puede dar relevancia al tema, el verdadero tema a tratar es ¿Hasta cuando estaremos en los debate banales de los perdedores de una elección?, ¿No es más efectivo hacer un trabajo juicioso por aquellos que sí trabajan desde la oposición, independientes o gobierno por los temas de actualidad del país?.