El gobierno sabe que la protesta el 21N no será una muestra más de descontento, ni estará centrada en un solo sector que reclama una lista peticiones, o encarna una lista de rechazos a sus medidas, es en realidad la reunión de diferentes fuerzas sociales y políticas, que van a evidenciar el actual descontento generalizado con Duque y los errores hasta ahora cometidos.
Si bien el presidente se ha mostrado más sensato, sin necesidad de llamar a grandes conspiraciones de izquierda en la región como los causantes del paro (aunque los miembros del Centro Democrático, incluido el expresidente Uribe insisten en ello), es tan bien cierto, que considera que muchos de los motivos de las marchas son infundados, y por eso, no sólo se está preparando para posibles hechos de violencia, también intenta mostrar que puede conectarse con el país antes de las marchas.
Más comunicación
Se han reportado envío de mensajes de texto con mensajes del presidente a ciudadanos, además el presidente le apuesta a los Facebook Live para responder preguntas, e hizo el lanzamiento de un programa llamado “Conéctate con Duque”.
El programa cuyo formato incluye a un presidente moderador hablando con sus ministros e intentando dar una imagen de diálogo, ha sido criticado por su parecido con el programa del régimen venezolano, “Contacto con Maduro”, que reemplazó en ese país al “Aló presidente” de Hugo Chávez, en estos el presidente era el centro de las cámaras, por supuesto, en el caso venezolano es mucho más informal, y menos técnico, aunque incluye todo tipo de polémicas declaraciones.
Es evidente que el gobierno intenta comunicarse más allá de la estrategia de los “Talleres Construyendo país”, que son una nueva edición de los “Consejos comunitarios” del entonces gobierno de Álvaro Uribe, pero que no han salvado a Duque de una elevada impopularidad, y las constantes quejas de estar desconectado con los ciudadanos.
Medidas de seguridad
Pero en la otra cara de la moneda, el gobierno se prepara también en temas de seguridad, lo que será la primera prueba de fuego para el Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, recién estrenado en el cargo, y quien negó en días pasados que se vaya a militarizar las ciudades, aunque videos de militares en el centro de Bogotá ya se han hecho virales.
El ministro no usó en clásico lenguaje combativo de su antecesor, mientras la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, anunció un Decreto que permitirá a los alcaldes acceder al toque de queda si la situación de orden público se vuelve inmanejable, otro hecho que ha llamada la atención y no mejora los ánimos entre los marchantes.
A los constantes ataques a los convocantes y ciudadanos que participarán en la marcha, como procomunistas, o coordinados por el llamado Foro de Sao Paulo, o las palabras de la vicepresidenta al decir que aquellos que marchen “no quieren a Colombia”, la respuesta sólo ha sido de mayor desagrado, en un momento delicado, pues recordemos el reciente bombardeo que acabó la vida con 8 menores de edad (podría ser casi 18 en cifras sin confirmar).
Igualmente se dispuso de un grupo especial de Fiscales, para investigar actos de vandalismos durante la jornada de protestas, y se espera que permitan una pronta judicialización de aquellos que tomen parte violenta en las marchas.
Quedan horas para lo que podría ser una marcha que cambie el rumbo del gobierno y la forma como es visto, sea como uno abierto al diálogo, y que respeta la protesta, o a uno que enfrenta a toda oposición interna con menciones de conspiración extranjera, y que prefiere la respuesta armada que entender la desconexión que sienten hace meses los ciudadanos.