Alan García fue dos veces presidente del Perú, e incluso intentó serlo una tercera vez en 2016 aunque fue ampliamente derrotado en primera vuelta. Y hoy muchos en su país, comenzando por el presidente Vizcarra, lamentan su suicidio.
Su historia
Nació en Lima en 1949, desde muy joven se interesó por la política, reuniéndose en las juventudes del partido APRA, se convirtió más tarde en abogado y en 1972 viajó a Europa para realizar dos doctorados.
Luego de vivir varios años en Francia, regresa como pupilo del fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre, y fue escalando mientras se deterioraba la salud de su maestro, hasta convertirse en Secretario General de su partido, Diputado, y luego candidato presidencial, llegando por primera vez a la presidencia del Perú en 1985.
Después de su gobierno, y de la llegada de Fujimori al poder, García pediría asilo a Colombia, donde viviría entre 1992 y 1995 en Bogotá, luego de regresar a su país en 2001, intentaría llegar a la presidencia y sería derrotado por Alejandro Toledo (hoy prófugo de la justicia peruana en Estados Unidos y pedido en extradición), para luego derrotar a Ollanta Humala en 2006 (quien lograría la presidencia en 2011 y fue capturado luego de investigaciones por el caso Odebrecht) la segunda presidencia de García terminaría para darle paso a la de Humala, e intentaría una tercera oportunidad en 2016 siendo derrotado por Pedro Pablo Kuczynski (hoy capturado también por el caso Odebrecht), y por Keiko Fujimori (investigada y quien cumplió prisión preventiva también por el caso Odebrecht).
Se puede decir que todos los expresidentes vivos del Perú luego de la dictadura militar se encuentran investigados, encarcelados o con serios problemas con la justicia, incluido Alberto Fujimori, condenado por delitos de lesa humanidad.
García no fue la excepción, se le acusaba de lavado de activos, tráfico de influencias y colusión en el caso Odebrecht, por dineros recibidos por uno de sus exsecretarios en relación con las obras de la Línea 1 del Metro de Lima.
El expresidente ha negado toda acusación, y este 17 de abril cuando las autoridades iban a capturarlo, luego de intentar un asilo por parte de la Embajada de Uruguay que le fue rechazado, y de enfrentar al menos 10 días de prisión preventiva, decidió quitarse la vida.
Hasta el final dijo ser inocente
Algunas personas podrían afirmar que su suicidio demuestra que era culpable y sabía las consecuencias, y otras podría afirmar que no estaba dispuesto a someterse al escarnio público de algo de lo que siempre dijo que era inocente.
Su último tweet es revelador de lo que pensaba, y lo redactó un día antes de morir a las 7:28 am: “Como en ningún documento se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza sólo les queda la ESPECULACIÓN o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está probado”
Su caso, ejemplifica el giro de la justicia peruana que en los últimos años ha demostrado que no hay intocables entre presidentes y expresidentes, para investigarlos, dictarles medidas de prisión o condenarlos.
Pero también de la historia de un hombre que fue el máximo exponente de la política de su país, sobrevivió al fujimorismo tanto física como políticamente, dio vida por muchos años al partido aprista, y se despide en trágicas e impactantes circunstancias.