Colombia luego de las marchas: ¿País dividido?

Análisis Por

Las marchas del domingo dejan una gran pregunta sobre la unidad del país para buscar el fin de la violencia, una división que ya era evidente desde el gobierno de Juan Manuel Santos, pero que esta vez dividió a los colombianos en un acto que buscaba honrar a los oficiales que fallecieron en el atentado del ELN a la Escuela de Cadetes General Santander.

Mientras el gobierno busca que Cuba envíe a los negociadores del ELN al país para ser judicializados, el domingo en un extraño ambiente salieron a marchar diferentes voces entorno a la paz.

Aunque reconocidos líderes de opinión como Daniel Samper manifestaron salir a marchar en contra de la violencia, no lo hizo así el senador y excandidato presidencial Gustavo Petro que dijo no salir a marchar pues no acompaña la decisión del fin de los diálogos con el grupo guerrillero.

La marcha se vio manchada cuando Alan Garzón un menor de edad en Medellín, salió con una camiseta que decía “No a la guerra de Duque y Uribe”, recibiendo agresiones físicas y verbales de otros marchantes.

La Plaza de Bolívar se llenó, pero en un acto que varios analistas consideraron institucional, y no de movilización ciudadana espontánea, mientras en ciudades como Pasto, no hubo movilización como tal, y en otras ciudades como Cali fue bastante lánguida.

Ante estos hechos es evidente la polarización entorno al cómo enfrentar al ELN, y cómo buscar una paz definitiva, una decisión bastante compleja luego de los actos de terror causados en Bogotá que provocaron la muerte de más de 20 personas, jóvenes que buscaban servir al país.

Por el momento, es evidente el rechazo nacional a la muerte de los oficiales, pero no los métodos para manifestarla, ni el diálogo para llegar a un acuerdo sobre cómo alcanzarlo, una división marcada por la intolerancia, afortunadamente de unos pocos.

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