El liderazgo de Juan Guaidó, y buena parte de la estrategia que nació a partir de su reconocimiento como presidente interino de Venezuela, pasa por una situación crítica.
La llamada “Operación Gedeón” (una intento armado y poco creíble de sacar a Maduro del poder a la fuerza) y que llevó a la renuncia de su asesor J.J. Rendón, sumado a los escándalos que ha vivido en los últimos años, desde el desvío de recursos para ayudar a militares venezolanos en la frontera con Colombia, el débil alcance del concierto en esa misma frontera, y el intento de sacarlo de la presidencia del parlamento de la mano del disidente de la oposición, Luis Parra, lo ponen en una difícil posición.
Tribunal Supremo anula su elección
En enero, cuando el parlamento se prestaba para reelegir a Guaidó como presidente, y por lo tanto, mantenerlo en el cargo de presidente interino del Ejecutivo, la estratagema para reemplazarlo comenzó, no sólo tuvo que realizar una sesión paralela para posesionarse en la sede de un periódico de su país, además, en la sede de la Asamblea Nacional (AN), se posesionaba Luis Parra y lo invitaba a participar como un miembro más de esa corporación.
Ahora, el Tribunal Supremo reconoció a Parra y su Junta Directiva, y afirma que cualquier sesión paralela del mismo será considerada como desacato, y toda decisión tomada en la misma como nula, y finalmente convocó al Ministerio Público (la Fiscalía de ese país) para que también investigará y tomará decisiones sobre las actuaciones de Guaidó.
La coalición del presidente interino ha pasado siempre por una oposición dividida y errática, que desde la llegada de Nicolás Maduro al poder ha intentado a través de nuevas estrategias sacar al chavismo del poder.
El gran activo de la coalición que sigue (relativamente bien) a Guaidó son los 50 países que lo reconocen como presidente interino. Pero, los errores de un joven Guaidó que asumió la presidencia de la AN pues todos los demás líderes de su partido Voluntad Popular, ya estaban excluidos por el régimen (exiliados o protegidos en embajadas, incluso escondidos) incluyendo a Leopoldo López, llevaron a Guaidó un repentino salto al estrellato y a convertirse en el más importante opositor del cuestionado Gobierno de Maduro, con grandes fallas de ejecución frente a la desesperada situación económica de los venezolanos.
La AN ya venía perdiendo poder efectivo luego de la llegada de la eterna Asamblea Constituyente, liderada hoy por Diosdado Cabello, el mismo señalado como el segundo al mando del Cartel de los Soles por Estados Unidos.
Los aliados se esfuman o están ocupados
Entonces, ¿Por qué Maduro no utilizó los poderes de su régimen señalado de tener control sobre todas las ramas del poder para detener a Guaidó y acabar con su partido?
La respuesta podría estar en el mismo dibujo que hace Maduro sobre su liderazgo cada día: Un supuesto Gobierno que considera elegido democráticamente, atacado por una oposición golpista, y que mantiene amplio poder popular, y, por lo tanto, que no acabaría con esa misma oposición por medios anti-democráticos.
Pero la persecución a miembros de la oposición ha sido evidente en los últimos años, Leopoldo López tardó años en recuperar su libertad, Henrique Capriles, el mismo popular candidato presidencial que enfrentó la primera elección de Maduro, y líder del partido Primero Justicia, está inhabilitado, eso, sin contar las detenciones arbitrarias, señalamientos de torturas y desapariciones a miembros de la oposición, y por supuesto, la constante huida de políticos opositores a otros países.
Los aliados de Guaidó en la región se han ido esfumando, su principal amigo, el Gobierno de Iván Duque en Colombia, tiene como todos los países de la región la atención puesta en la crisis por el Covid-19, y Donald Trump está en una carrera desesperada por reelegirse, lo que ha dejado sin mayores declaraciones o avances al hoy fallido cerco diplomático contra Maduro.
Fiscalía pide declarar al partido de Guaidó como organización terrorista
Con sus aliados ocupados o atados, y con el liderazgo de Guaidó sobre la AN declarado como nulo por la controlada justicia de ese país, el Fiscal General, Tarek Wiliam Saab pidió a la Sala Constitucional del mismo Tribunal Supremo, revisar si Voluntad Popular es declarada como organización terrorista, una consecuencia más de la fracasada Operación Gedeón.
Elecciones a la vista
Y para la cereza del pastel de la tragedia de la oposición venezolana, este año se deben realizar las elecciones de la AN, en la incertidumbre provocada por el Covid-19 y sin mayores anuncios de fechas o cronogramas por parte de Maduro, parece que no existirá una forma de elegir un nuevo parlamento opositor.
La coalición de partidos detrás de Guaidó podría optar por rechazar las elecciones organizadas por el régimen, que seguramente tendrán el apoyo de Luis Parra y buscarán recobrar el control total del chavismo así no sea a nombre propio, pero esto deja en un gran predicamento a la ya mermada AN.
Si no se realizan las elecciones o se rechazan, la AN podría quedar totalmente excluida de cualquier tipo de poder en el país, exiliada de la política y considerada no válida frente a una nueva AN, o incluso simplemente clausurada frente a la Asamblea Constituyente de Diosdado, dejando a Guaidó como un líder que pasará de simbólico, a irrelevante.
Dura tarea que le espera a los opositores de Maduro.