Expulsiones en el Partido Farc reflejan de nuevo división interna

Análisis Por

Las expulsiones más recientes del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común – Farc, mostraron de nuevo la división que vive la colectividad luego de su salida de la guerra a los votos, y producto de un fuerte desgaste que viene viviendo por dentro el partido que nació fruto de los Acuerdo de paz.

La situación llevó a la expulsión de Andrés Paris quien en su momento fue parte del Estado Mayor Central de la extinta guerrilla, Fabián Ramírez quien fuera el segundo comandante del bloque sur, Benedicto de Jesús González, quien reemplazó por unos meses a Jesús Santrich en su curul en el Congreso, y Pablo Atrato quien durante el conflicto fue comandante del frente 57 que operaba en el Chocó.

La división

Lo ocurrido no es nuevo, en especial Paris y Ramírez, ya habían enviado varias cartas solicitando cambios en la dirección del Partido, de la misma manera Benedicto había criticado en varias oportunidades lo que considera incumplimientos al Acuerdo y la actitud del partido frente a esa situación, incluso Paris solicitó la salida de Rodrigo Londoño (Timochenko) como presidente de la colectividad, luego de que este manifestara que no tenía problemas con el nombramiento del hijo de “Jorge 40”, en la coordinación de Víctimas del Ministerio del Interior.

Desde marzo, se venían especulando posibles medidas por una carta de la Comisión de Ética – Disciplinaria Nacional donde se recomendaba al Consejo Político Nacional de la Farc, evaluar la continuidad de varios de los miembros del partidos, entre los cuales figuran los expulsados.

Varios de ellos han cuestionado la forma como Londoño ha confrontado al Gobierno por lo que serían incumplimientos en la implementación de los Acuerdos de paz, y solicitaban que estos fueran más que anuncios públicos, además, dichas críticas estarían acordes a lo manifestado en su momento por Iván Márquez y Jesús Santrich, hoy disidentes que manifiestan alzados en armas.

La difícil situación del Partido

Pero todo lo anterior contrasta con la difícil situación que vive el Partido Farc, que tiene garantizadas 10 curules hasta 2026, y debe decidir en los próximos meses la continuidad o cambio de sus directivos, por supuesto, de cara a las elecciones de 2022 y 2023, con una elevada desaprobación y unos resultados electorales bastante precarios.

En otros partidos es lógico las críticas y solicitudes de cambios en sus direcciones, esto ha pasado en la división que enfrenta el Partido Liberal, donde algunos de sus miembros solicitan la salida del expresidente César Gaviria, o las renuncias que ha vivido en los últimos 20 años el Polo Democrático, quedando sin líderes como Lucho Garzón, Antonio Navarro Wolf, o Gustavo Petro.

Pero a diferencia de los anteriores, los miembros del Partido Farc enfrentan circunstancias distintas, no es probable que sigan en la política, de hacerlo no se sabe como serían recibidos en otras colectividades, y de hacer un movimiento propio, que podría ser o no fruto de la filiación de varios expulsados a Corporeconciliación, creada para intentar hacer la reincorporación sin el Partido Farc, podrían no tener mucho margen de maniobra al intentar tener representación política propia.

Y finalmente, quedan dudas sobre si en adelante, algunos de los expulsados toman o no el camino de Márquez y Santrich, y de no hacerlo el cómo evitar su estigmatización política y social producto de su abrupta salida del Partido Farc. Es por todo lo anterior, que la decisión del Consejo Político Nacional de este partido podría significar un momento clave para su propio futuro, y para las dudas y acciones que tomen otros excombatientes en adelante.