Terminaron las inscripciones de los candidatos a las elecciones regionales de octubre, y con ello, también se comienza a configurar un nuevo mapa político en el país, que desgraciadamente no parece favorecer en absoluto al Partido Liberal.
El otrora gran partido, que ganaba elecciones mayoritarias en número de gobernaciones y alcaldías, parece estar lejos de ese propósito este año, y se ha cerrado a una apuesta por apoyar otros candidatos, y tener participaciones parciales en lo que serían algunas victorias de esas campañas.
De hecho, en 2015 el Liberalismo logró revertir la tendencia de varias elecciones consecutivas, en las cuales venía perdiendo protagonismo, y alcanzó el mayor número de alcaldías, gobernaciones, concejales y ediles a nivel nacional, mientras fueron segundos en diputados.
En ese entonces, el partido del trapo rojo tenía importantes liderazgos en casi todas las regiones del país, y varios de sus candidatos eran pedidos por otros partidos para entregarles coavales, o podía darse el lujo de ir en solitario donde lo ameritara, pero esa época de gloria terminó.
En 2017 luego de asumir la dirección del partido el expresidente César Gaviria, y rumbo a las elecciones de 2018, viene una fuerte renunciaton de líderes, entre ellos, se van viejos liberales, como el exministro Juan Fernando Cristo, quien fue director del partido, el exsenador Juan Manuel Galán, luego de su frustrada candidatura presidencial por esa colectividad, el exviceministro Luis Ernesto Gómez, el también exministro Guillermo Rivera, entre muchos otros más.
Este desangre del partido le pasó factura, y aunque falta por ver los resultados de octubre, es evidente en la entrega de avales el déficit que tendrá en liderazgos regionales, veamos algunos casos:
Bogotá
El caso de Bogotá es el más representativo de la debacle roja, hace cuatro años el partido tenía un candidato propio, solido en su aspiración con casi 800 mil votos a la alcaldía, y varios representantes a la cámara por la ciudad, hoy, solo queda uno, Juan Carlos Losada, su lista al concejo quedó liderada por Sara Castellanos, hija del pastor César Castellanos, es decir, el partido que lideró un fuerte discurso por años de separación Estado-Iglesia, y que era la voz de grandes líderes progresistas, prefirió entregar su cabeza de lista a un perfil que parece más propio de partidos conservadores, los Castellanos estuvieron en las toldas del partido Centro Democrático, y ahora tienen una senadora, Claudia Rodríguez de Castellanos, de Cambio Radical y madre de Sara.
A la alcaldía, tuvo que entregar el coaval al candidato Miguel Uribe Turbay, quien fue concejal liberal, y recogió firmas para su aspiración, pero el partido ha sido un jugador parcial de la candidatura peñalosista de Uribe Turbay, no solo porque va por firmas, además porque su coalición es propia de la derecha de la ciudad, con el Centro Democrático, el Partido Conservador y el partido de origen cristiano, Colombia Justa Libres, lejos quedaron las épocas donde Pardo le disputaba los votos alternativos a Clara López Obregón al sur de la ciudad.
Atlántico
Actualmente en el Atlántico, el gobernador es rojo, en cabeza de Eduardo Verano, pero su sucesor a diferencia de él no será un candidato propio de las banderas liberales.
El expresidente Gaviria, decidió entregar el aval a Elsa Noguera, candidata vargallerista con una amplia coalición, y donde la participación roja es también parcial.
Santander
Santander parece otro caso claro, aunque los liberales tienen allí un importante apoyo alrededor de su bancada al concejo de Bucaramanga, y en senadores y representantes, en las elecciones de octubre la división y confusión parece reinar.
En la gobernación el partido se fue con Ángela Hernández, una polémica diputada, que creó marchas contra lo que llama “ideología de género”, y se le ha acusado repetidamente de tener posiciones homofóbicas, pero el partido, lejos de una vocación liberal decidió entregar el aval, mientras algunos de sus parlamentarios se fueron con Leónidas Gómez, otro candidato por firmas.
Otros casos
En otros lugares del país para el partido además de Bogotá, tuvo que hacer la misma estrategia de entregar una coaval a candidatos por firmas, como en Armenia con Piedad Correal, o en el Huila donde tuvo candidato propio hace cuatro años, y ahora debe ir con Luis Enrique Dussán que se inscribió por firmas, en Norte de Santander con Silvano Serrano, del Partido Conservador, en el Tolima con la exsenadora de Cambio Radical, Rosmery Martínez Rosales, o en Valle del Cauca, con Clara Luz Roldán.
Aun con candidatos propios, la fractura de votos sin los líderes que estaban en la renunciaton, deja debilitado al partido en varias regiones, además del contrapeso que ejercerían fuerzas como el movimiento Activista a la lista al Concejo de Bogotá, o Colombia Renaciente en varios departamentos del país.
Quizá se pueden rescatar casos como el de Héctor Olimpo Espinosa, su candidato a la gobernación de Sucre, o a Nicolás Gallardo en San Andrés y Providencia, y Luis Guillermo Zuluaga en el Meta.
Candidatos por firmas
Finalmente, cabe destacar la explosión de candidatos por firmas en los departamentos, y que la crisis de muchos partidos que entregan coavales termina por aterrizar en campañas de empresarios, alternativas o sin afinidad partidista definida.
Es otras palabras, podría existir una crisis generalizada de líderes que hicieron carrera en sus partidos, pero la fractura cada vez más intensa en el liberalismo, podría terminar por debilitarlo aún más en octubre, ¿Queda pronosticada una inevitable debacle liberal?