Desde el 28 de mayo han continuado las críticas al presidente Iván Duque por las medidas de aislamiento social que rigen a partir de hoy, y que deja a los Alcaldes y Gobernadores 43 excepciones en sus manos para que más personas salgan a las calles bajo las adecuadas medidas de bioseguridad, pero, tomando en cuenta que serían 13 millones de colombianos los que podrían eventualmente salir, el aislamiento social parece ahora simbólico.
Aún así, ciudades como Bogotá tendrán medidas más estrictas basadas en los casos de contagio, ocupación de las UCI y avance del pico del virus, que hasta el momendo se sitúa en 28.236 casos confirmados, y desde la semana pasada pasa de mil a mil quinientos casos diarios nuevos.
El gobierno considera que bajo las medidas de seguridad adecuadas, muchos de los sectores económicos que hoy se encuentran inactivos, podrían regresar a una controlada “nueva normalidad”, pero el desafío principal estaría en la informalidad.
Los informales: La gran pregunta
La informalidad en el empleo en Colombia representa casi la mitad de la fuerza laboral, y con una tasa de desempleo histórica del 19,8%, es lógico que el hambre, entre muchas necesidades básicas de la población más vulnerable del país hagan salir a las calles a los informales.
De hecho, esto ya ha representado problemas en varias ciudades, en Bogotá la actividad alrededor de Corabastos, y en general en la localidad de Kennedy, donde se puede observar a vendedores informales en las calles con tapabocas buscando formas de mantener su empleo, ha llevado hoy a cerrar la localidad por completo, al menos por 14 días más, pues la curva de contagios en varias de sus UPZ han seguido en sostenido aumento en las últimas semanas.
En Cartagena donde la informalidad llega al 60% los casos por Covid-19 rebasan los 2 mil, y muchos periodistas de la región señalan que la indisciplina se debe al hambre que vive la ciudad, con buena parte de su población vulnerabls dependiendo del ingreso diario que produce su actividad informal. Por supuesto, esto llevó al cierre del mercado de Bazurto para las ventas al por menor, considerado uno de los focos de contagio.
De la misma forma que en Bogotá, en Cali no se hará una apertura paulatina de sectores a partir de hoy, y mantendrán las medidas tomadas hasta ahora al menos hasta el 15 de junio de 2020, la informalidad en la ciudad es de cerca del 50%, y con más de 2 mil casos confirmados, de hecho son conocidas las imágenes de vendedores informales en calles abarrotadas de personas, lo que obligó al alcalde de la ciudad a mantener el cierre de varios de estos sectores.
Misión de Empleo
Por su parte, el Gobierno no ha podido encontrar más medidas efectivas para ayudar a las familias que viven en la informalidad, y su situación podría empeorar en las próximas semanas, obligando a una mayor indisciplina de las medidas tomadas para evitar contagios.
De igual forma, se estima que el aumento de trabajadores en las calles, sólo motivaría a más informales a salir para el conocido “rebusque”, sobre todo en un tiempo donde los formales recibirían su prima de mitad de año, lo que podría aumentar su consumo.
El Ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, anunció que llevará una propuesta a la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales para la creación de una Misión de Empleo para en sus palabras: “buscar alternativas que impidan que las cifras de desempleo aumenten, que los empleadores tengan posibilidades de sostenibilidad y crecimiento y que entre todos construyamos mecanismos para salir de la crisis en la que nos encontramos”.
Entre los cinco temas que trataría la Mesa se encuentran los aspectos propios del mercado laboral a nivel macroeconómico, como la participación laboral, los determinantes del desempleo y claro está, la informalidad laboral.